Tumbar el centralismo, asfixiante, soberbio e incapaz es nuestro destino y la única forma de obligarlos a entender eso es evidenciando que su vergonzosa ineptitud, es la que tiene convertido a nuestro país en la sombra del Chile que soñaran los padres de la patria.
Que les quede claro: "somos capaces de hacernos cargo de lo nuestro", y el mejor argumento para demostrarlo siempre será, nuestra sana y eficiente voluntad de progreso regional.
A ver si de una vez por todas respiramos aire puro y nos liberamos del yugo insoportable del centralismo que nos somete y perjudica.